SANTUARIO DE LA MARIPOSA MONARCA
Entre octubre y marzo, México se convierte en el refugio de uno de los más bellos espectáculos naturales que suceden en el Estado de México y Michoacán, en el que millones de Mariposas Monarca llegan a estos puntos, buscando el cobijo de sus fértiles tierras y de los rayos de sol en las ramas de sus oyameles.
Son más de 4 mil kilómetros los que estos frágiles y bellos insectos recorren desde Canadá y Estados Unidos para hacerle vivir una inolvidable experiencia, plagada de belleza y magia.
Para ser testigo de un espectáculo tan singular, hay que visitar los llamados santuarios, en donde las podrá apreciar en pleno vuelo y tranquilas mientras descansan y completan su ciclo reproductivo. Estos sitios fueron reconocidos como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.
Llegar a ellas no siempre es fácil: tendrá que recorrer alguno de los bosques de oyamel donde se alojan, en caminos que a veces son de kilómetros. Sin embargo, la intensa caminata valdrá la pena, porque conocerá el bosque durante su travesía antes de llegar a las ramas convertidas en racimos de alas anaranjadas. Además, puede también disfrutar de una cabalgata por la montaña.
Déjese sorprender por la sutileza de estos frágiles seres que, después de escapar de las heladas y volar hasta estas zonas cálidas, le ofrecerán una fantástica experiencia.
El vibrante color anaranjado de las mariposas se asemeja al que el sol regala en los atardeceres, mientras que el viento suave en las laderas se llena del batir de millones de alas.
Entre los santuarios en donde podrá disfrutar con su familia de este espectáculo sin par están los de la Sierra de Chincua, en Angangueo, el de El Rosario y el de Senguio, en Michoacán; en tanto que en el Estado de México se pueden encontrar el santuario de El Chapulín en el municipio de Donato Guerra; La Mesa, en San José del Rincón y el de Piedra Herrada, en San Mateo Almomoloa.